Einstein creía en abrir la ventana.
Si estás leyendo este escrito, eres de las personas que buscas mejorar, evolucionar, crecer y que no te dejas amilanar por los momentos difíciles. Por eso te recuerdo lo que probablemente aprendiste, pero has olvidado. Los obstáculos solo te hacen disminuir la velocidad, no tienen porqué detenerte. Dije esto en mi escrito anterior, pero es que es súper importante.
Los planes y las metas rara vez se dan exactamente como y cuando uno quiere. Son muchos los factores que pueden influir en que esa puerta a la que te estás acercando para abrir, esté cerrada y no tengas la llave. A todos nos ha pasado, ¿no?
Es importante que recuerdes que está en ti buscar opciones y no quedarte de brazos cruzados. Nadie nos va a regalar las cosas… al menos, casi nadie que conozco ha corrido con esa “suerte”. Así que cuando se te cierre, te cierren o no encuentres la puerta, busca una ventana.
Lo que he aprendido hasta el momento es que, en ocasiones, esa puerta cerrada nos pone creativos, nos hace repensar las metas, los pasos que hemos dado hasta el momento y qué podemos hacer para fortalecer nuestro desarrollo. No siempre es un proceso lindo y puede ser bien doloroso y frustrante, pero me ha funcionado entender que estas emociones son temporeras. Es ahí cuando debemos alzar la vista y buscar la ventana más cercana.
La ventana es simplemente una metáfora para las alternativas. No es exactamente lo que tenías en mente, te cuesta encontrarla, pero es la salida del estancamiento.
A continuación, comparto cuatro grandes ventajas de que la puerta esté cerrada:
- En el proceso lento es más fácil pensar y poner todo en perspectiva. A veces, uno ha logrado grandes cosas, pero la rapidez de la vida y de nuestras responsabilidades no deja que nos demos cuenta de la evolución que hemos tenido.
- Es mucho más fácil identificar las fallas y buscar soluciones a los problemas (la puerta cerrada). Albert Einstein lo dijo más lindo: “Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias” (la ventana).
- Otra ventaja es que te das cuenta que estás abajo, “caído” y que realmente no tienes mucho que perder. Cuando las cosas corren “normales” en la rutina, se nos hace más difícil lanzarnos, pero cuando ya estás más cerca del fondo, ¿cuán peor se puede poner?
- Por último en este escrito -pero no en la lista de ventajas-, te da el espacio de analizar si la puerta cerrada con seguro, realmente te hizo un favor. No sabías si la puerta te daría acceso a un cuarto sin alguna otra salida, mientras que la ventana te abrió un mundo de posibilidades fuera de las cuatro paredes y el techo.
¡Mete mano y no dejes que la (des)motivación te dure mucho! Lánzate a desarrollar esa idea que tienes. ¡Así nació burbujalocal.com!