Cuando alguien me pregunta sobre la depresión y cómo la manejo a diario y en el trabajo, siempre imagino la siguiente imagen: un atleta intentando correr con un entrenador gritándole y halándolo con una banda elástica.
Me río porque tenía que hacer ese tipo de ejercicio cuando jugaba voleibol y trabajábamos velocidad, fuerza y explosividad. Pero ahora, que no corro ni por mi vida, solo revivo la imagen cuando intento explicar cómo me siento cada día.
Es así para despertar, es así para levantarme de la cama, ir al baño, preparar desayuno, vestirme, peinarme, maquillarme, salir de la casa. TODO es un ejercicio de velocidad, fuerza y explosividad. La gran diferencia es que el pulseo es mental y no tengo un cuerpo escultural para dar fe de que gano la batalla cada día.
Por esta misma razón, porque no tengo evidencia física para mostrarlo -pero especialmente porque se habla muy poco del tema y siempre que se da, es minimizando su impacto- es que yo elijo y me propongo explicar cómo me siento. Te lo digo en serio, no me cojas pena, pero cuando me veas estrógolin, recuerda que me esfuerzo por estar “normal”.
Cuando alguien con depresión te cuente cuánto le afecta algo, no asumas que se victimiza. Piensa que quizás esa queja es su forma de desahogarse, respirar y seguir pa'lante. Porque a veces lo que para otros es un simple problema, para alguien con un trastorno o desorden mental, es añadir un chaleco de 25 libras al ejercicio con banda de resistencia.
Pero lo más importante de este escrito es lo que le digo a la depresión: aquí la verdadera resistencia soy YO. (Suquel drops de mic)
PD: En el próximo post hablaré de las actividades que hago o dejo de hacer para sentirme mejor, para motivarme y no quitarme. Burbujalocal.com ha sido esencial.